Había una vez, en un reino muy muy lejano, una pequeña princesa que estaba rodeada de mucho amor y cariño. Su padre y su abuela le concedían todos sus deseos, y cada vez que ella quería algo, solo tenia que hacer un sonido, y todos trataban de adivinarle qué necesitaba.
Por otro lado, la madre trababa de hacerle la conversa, de ponerle reglas y normas, pero la pequeña princesa prefería estar con su padre o su abuela por que ellos le hacían su vida más fácil, ella solo tenía que hacer un extraño sonido, y ellos se encargaban de bajarle todo el mundo a sus pies.
Un día la tía de la guardería conversó con el padre de la princesa, y le aconsejó, que le lean más cuentos, y escuchen muuucha música infantil, pero que especialmente NO le adivinen cuando ella quiera obtener algo y le creen la necesidad de hablar y comunicarse.
La madre de la princesa estaba muy feliz, porque al fin contaba con el apoyo de alguien, que pensaba igual que ella, y el padre y la abuela, tuvieron que aceptar que en lugar de hacerle un bien, le estaban haciendo un daño.. Y así todos se pusieron de acuerdo para estimular el lenguaje de la princesa.
La tarea no estaba resultando nada fácil, porque la pequeña princesa estaba muy acostumbrada a que al más mínimo sonido que ella emita, todos se desesperen por atenderla y adivinar qué necesita. Pero en el intento el padre y la abuela al fin se dieron cuenta de algo que la mamá les había dicho hace meses... la princesa entiende tooooodo, y sabe tooodo lo que pasa a su alrededor, es más hace más de un mes, la mamá le venía dando instrucciones para que la princesa haga cosas por sí sola, y cómo resultado si la mamá el decía: Princesa ve a traer tu silla, para que comas sentadita, la princesita iba corriendo y regresaba arrastrando la silla, posteriormente se sentaba en ella y levantaba sus bracitos para pedir su vasito de bebida.
En otra ocasión la mamá le enseñó a botar la basura en su lugar, y ahora cada vez que le cambia un pañal la princesa lo toma, y corre a depositarlo en el basurero.
La primera vez que la madre de la princesa le contó a la abuela, ella no le creyó, y recién ayer la abuela lo puso en práctica y se quedó muy admirada.
La princesa sabe todo, y entiende todo, entonces no habla por que no quiere ... Qué inteligente! fue lo que dijo la abuela...
Y hasta aquí llega la historia de la princesa que no habla, sus padres y sus abuelos están ansiosos por escuchar palabras, y no solo monosílabos como mama, uau, o wiii, ellos saben que ella pronto lo logrará e iluminará sus días con su melodiosa voz de princesa.
y colorin colorado.. este cuento continuará.