1 de Junio 2011 tu primer cólico

Querida Hijita

Ayer no tuvimos una muy buena noche, estabas tranquilita con tu papi, echaditos los dos en la cama viendo tele.. ya tres años con tu padre y no logro que deje de ver el chavo del 8…

De pronto te pusiste muy inquieta, mañosa, tu papi no pudo entretenerte, así que te trajo hacia mi para que te de tu tetita.. o el chuquito como le decimos de cariño.

Te tome, te puse en mi regazo, y te ofrecí el chuco, abriste la boquita, pero no empezaste a succionar, me quedaste viendo con cara de “ayudame” y  empezaste a llorar sin consuelo, en tus prácticamente tres meses de vida, nunca te hemos visto llorar así, llorabas y te retorcías mucho.  Tu papi vino desesperado  a preguntar qué te pasa, traté de mantener la calma, y asumí que tenías uno de esos dichosos cólicos, te dí golpesitos en la espalda, te abracé fuerte, pero no te calmaste… lloraste sin descanso y a lo máximo que dieron tus pulmones, durante  15 minutos.. de pronto te tranquilizaste ,y tomaste tetita.

Al ver a tu papá parecía que se aguantó la respiración todo el tiempo que lloraste, se le veía la desesperación en la cara, y la impotencia de no poder hacer nada para ayudarte. Así aprendimos que los papás daríamos lo que no tenemos para evitar el sufrimiento de nuestros hijos, y cuando te vimos sufrir, la impotencia nos  carcomía en lo más profundo de nuestro ser.

Bueno al parecer lo que te aquejaba te dejó en paz, comiste,  te bañamos y tratamos de hacerte dormir, pero te costó bastante, estabas como asustada, o sufrida, te estremecías entera al menor ruido, y cuando al fin te dormiste, parecía que no tenías un sueño profundo y reparador, hacías ruiditos como de llanto, estuve toda la noche velando tus sueños y te despertaste 3 veces a lo largo de la noche, y cada vez te costó bastante conciliar el sueño.

Fue ahí cuando me puse a pensar en todo lo que  te falta vivir, y que aunque me duela, habrán muchas cosas que tendrás que aprender golpeándote, cayendo y volviendo a ponerte en pie.. lo que diera por evitarlo, ahora mismo me gustaría que aprendas a hablar, y que te quedes ahí, que no pases del año y medio máximo dos años. . . pero sé que es imposible.

Pero soñar no cuesta nada, disfrutaremos  de ti al máximo mientras podamos.  Y si nos equivocamos, por favor perdónanos, hacemos nuestro mejor intento en esta carrera de  la paternidad.